Meditación matutina: Consideraciones sobre el estado religioso - VIII
Considera cuán querida es para Dios un alma que se entrega enteramente a Él.
El Hijo de Dios ya se ha entregado enteramente a nosotros. Un Niño nos ha nacido, y un Hijo se nos ha dado. Él se nos ha dado por el amor que nos tiene. Cuando Santa Teresa se entregó a Jesús, el Señor le dijo: "Ahora porque tú eres toda mía, yo soy todo tuyo".
Meditación I:
Una es mi paloma, mi perfecta. - (Cant. vi., 8). Dios ama a todos los que le aman. Amo a los que me aman. (Prov. viii., 17). Muchos, en efecto, se entregan a Dios, pero conservan en su corazón algún apego a las criaturas que les impide pertenecerle enteramente. ¿Cómo, pues, se entregará Dios a un alma que divide su amor entre Él y las criaturas? Es justo que Él actúe con reserva hacia aquellos que actúan con reserva hacia Él. En cambio, se da enteramente a las almas que expulsan de su corazón todo lo que no es para Dios, y que pueden decir verdaderamente: ¡Mi Dios y mi Todo!
Santa Teresa, mientras mantuvo un afecto desmedido, aunque no impuro, hacia cierta persona, no pudo oír de Jesucristo lo que oyó después, cuando, liberándose enteramente al Amor Divino, y Dios le dijo: "Puesto que ahora eres toda Mía, ¡yo soy todo tuyo!".
¡Mi amado para mí y yo para él! - (Cant. ii., 16). Desde entonces, oh Dios mío, te has entregado enteramente a mí. Sería ingrato, en verdad, si no me entregara enteramente a Ti; puesto que Tú quieres que te pertenezca enteramente, he aquí, oh mi Señor, que me entrego enteramente a Ti. Acéptame por tu misericordia y no me desprecies. Haz, Señor, que mi corazón, que antes amaba a las criaturas, se vuelva ahora enteramente a tu infinita bondad. "Déjame al fin morir", decía Santa Teresa, "y deja que otro viva en mí. Que Dios viva en mí y me dé vida. Que Él reine, y que yo sea su esclava, pues mi alma no desea otra libertad". Mi corazón es demasiado pequeño, oh Dios más digno de amor, y es demasiado poco capaz de amarte a Ti, que eres merecedor de un amor infinito. Sería, pues, culpable de una injusticia demasiado grande si lo dividiera amando otra cosa que a Ti. Te amo, renuncio a todas las criaturas y me entrego enteramente a Ti, mi Jesús, mi Salvador, mi Amor, mi Todo.
Encontrará meditaciones y lecturas para otros días del año en el Meditaciones diarias de este sitio web.