Los Oblatos de la Sociedad del Santísimo Redentor consagran sus vidas a servir a Jesucristo, Sumo Sacerdote, Profeta y Rey, contemplando el misterio de la Redención y ayudando a la obra misionera de nuestra sociedad, que es llevar a todos los hombres la abundante redención que está en la Sangre de Cristo.