Q U O D E S T A R I O S A R I U M E S T L I C I T U M
"DECRETORUM LIBRI VIGINTI- BROCARDUS"
FE CATÓLICA ROMANA TRADICIONAL en su integridad es un tesoro, y siendo un tesoro, es difícil de encontrar en estos tiempos en los que todo parece carecer de Autenticidad, Caridad, Solemnidad, Belleza, Bondad y Verdad.
Hace décadas, pero sobre todo después del Concilio Vaticano II, la Iglesia entró en una grave crisis sin precedentes en su historia. Graves errores fueron entronizados incluso en los más altos puestos de la jerarquía. Sacerdotes, religiosos y fieles se vieron obligados a abandonar la estructura para no abandonar la fe católica. Muchas congregaciones cambiaron drásticamente para adaptarse al "tiempo de primavera" de la iglesia que nunca llegó. En cambio, en palabras del Papa Pablo V, "el humo de Satanás entró en la Iglesia".
Por eso nosotros, religiosos y fieles, siguiendo las enseñanzas de la Doctor Zelantissimus (Doctor Celosísimo) San Alfonso de Ligorio y confiando en la guía del perenne magisterio de la Iglesia inalterado por siglos antes del Concilio Vaticano II, nos vemos obligados a continuar la labor de los Redentoristas tradicionales en la Sociedad del Santísimo Redentor, rechazando los errores promulgados oficialmente por el Concilio, manteniendo la integridad de la doctrina tal como era antes y separándonos de cualquier otra congregación redentorista que los acepte. Con ello, reconocemos a los Papas posteriores al concilio pero, por haber caído en el error en varios temas, creemos que el católico puede, en buena fe y conciencia, resistirse a sus errores. Comprendemos el gran sufrimiento que pueden causar en las almas de los fieles las numerosas declaraciones nefastas de las actuales autoridades que gobiernan la jerarquía, pero no creemos que el sedevacantismo sea la respuesta adecuada a la crisis de la Iglesia.
Por lo tanto, nos proponemos llevar a cabo actividades religiosas, caritativas y educativas como una sociedad inspirada en el espíritu tradicional redentorista: promover, mantener, proteger y enseñar la Santa Religión Católica Romana Tradicional para la preservación de nuestros valores espirituales y culturales en la sociedad.
San Alfonso escribió:
"Espero salvar mi alma, y espero, en el otro mundo, tratar con Dios los asuntos de la Congregación. Pero digo a cada uno que desprecie los consejos que (aquí) he escrito, que en el día del juicio me tendrá como su primer acusador ante el Tribunal de Jesucristo".
Y, en una carta de julio de 1756, también escribió:
"Es cierto que debemos obedecer al arzobispo, pero con "moderación" y en las cosas en las que estamos obligados a obedecerle... ¡Porque servimos a la Iglesia universal!."
También esperamos salvar nuestras almas, como los grandes misioneros solían insistir a las multitudes, y porque no queremos ver a nuestro Bendito Padre St. Alfonso como acusador en nuestro juicio final, y porque no queremos oír de Dios esas terribles palabras, "Tú también contribuiste al intento de destruir mi Iglesia" es por lo que actuamos en esta situación de necesidad, trabajando duro para llevar la Redención de Cristo especialmente a las personas más abandonadas como nos fue ordenado por Cristo Redentor, "en quien tenemos redención por su sangre" (HABEMUS REDEMPTIONEM PER SANGUINEM EIUS, como dice nuestro lema).
Que el Santísimo Redentor, la Santísima Virgen de la Inmaculada Concepción -nuestra Madre del Perpetuo Socorro- y todos los santos nos ayuden en nuestra misión, que se expresa en el principio más esencial de nuestra ley: La salvación de las almas. "SALUS ANIMARUM SUPREMA LEX EST".